¿Qué es la honestidad?
La honestidad es uno de los valores más importantes en la formación de la personalidad y el carácter de los niños. Es la base de sus relaciones con los demás. Una persona honesta atrae la confianza y el respeto de los demás.
10 consejos para educar la honestidad en los niños
La honestidad es un valor que una vez aprendido y asimilado, se convierte en una actitud que siembra confianza en uno mismo y en aquellos que están en contacto con esta persona. Ser honesto hace con que los niños actúen siempre con base en la verdad y en la justicia.
Para ofrecer una educación en la honestidad a los hijos, tanto los padres como los educadores tienen en manos una gran misión. Sigue algunos consejos para que el despertar de la honestidad en los niños sea una realidad:
- La honestidad atrae honestidad. Así que lo primero que deben hacer los padres y educadores es predicar este valor con el ejemplo. Es hacer lo que se puede y no lo que no se puede, por ejemplo. Es hacer lo que se dice y no decir y prometer para luego no cumplir.
- Para desarrollar la honestidad en un niño es necesario formar nociones, conocimientos, habilidades, sentimientos y emociones, vivencias y experiencias que lo lleven a ser honesto.
- Lo primero, enseñar a los niños a que sean honestos consigo mismos. Llevarles a conocer sus limitaciones, sus virtudes y defectos, y su conducta.
- Es importante hacer conocer a los niños que un comportamiento honesto genera buenos amigos y un reconocimiento moral positivo en los demás.
- Ser honesto es esforzarse por hacer algo útil en beneficio de los demás, sin esperar nada a cambio.
- Ser honesto es respetar a los demás, es no apropiarse de lo ajeno, es ser sincero en la relación con el otro, es no mentir y siempre decir la verdad, por más dura que sea.
- En la escuela, los profesores pueden invitar a los niños a hacer dibujos o a pintarlos y colorearlos en que se destaque la ayuda a otras personas.
- Los niños pueden interiorizar ejemplos de honestidad a través de la conversación, la observación y del juego con sus padres, hermanos y educadores.
- Por cada conducta honesta que desarrollen los niños, habría que saber premiarlas a su tiempo. El premio puede reforzar esta conducta en los niños.
- Hablar a los niños sobre las consecuencias de la deshonestidad. Una persona deshonesta puede sufrir de soledad, de ansiedad, de ser tachado de mentiroso, de no tener amigos ni la confianza de los demás.
¿Qué le estás enseñando a tus hij@s?
Por Vilma Medina | Vía guiainfantil.com
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